La creación de máquinas con capacidades cada vez más avanzadas y las implicaciones de dicha creación en el papel que representan las personas dentro de las empresas ha estado siempre rodeada de polémica e incertidumbre.
Y ahora se convierte en el tema central del informe “Hype Cycle for Emerging Technologies, 2013″ de Gartner con el objetivo de que miremos “más allá de la limitada perspectiva que sólo contempla un futuro en el que las máquinas y los ordenadores reemplazan a los seres humanos”, dice Jackie Fenn, vicepresidente de la famosa consultora.
“De hecho, al observar cómo están siendo utilizadas las nuevas tecnologías por los early adopters, existen tres tendencias principales en el trabajo”, enumera Feen. “Se trata de ampliar [las capacidades de] los seres humanos gracias a la tecnología, como por ejemplo hacer que un empleado lleve un dispositivo de wearable computing; de sustituir a los seres humanos con máquinas, por ejemplo, un asistente virtual cognitivo que actúa como un representante automatizado; y de que seres humanos y máquinas trabajen conjuntamente, por ejemplo, un robot móvil que colabora con un empleado de almacén para mover cajas”.
Las consecuencias de sustituir a los empleados por máquinas, en realidad, no serían tan negativas como se pintan, especialmente en situaciones de riego y condiciones de trabajo peligrosas, aparte de para asumir tareas demasiado repetitivas y cansinas para la mente y el cuerpo humano.
Así las cosas, ¿qué se necesita para mejorar las sinergias que se establecen entre uno y otro bando, sacándole el máximo provecho a esta relación?
En primer lugar, una mejor comprensión del medio en el que se mueven los humanos e incluso de sus emociones por parte de las máquinas, algo que puede resultar extremadamente útil para captar las preferencias y las necesidades de los clientes, y que se materializa en forma de detección bioacústica, reconocimiento de voz o escánares 3D, entre otros recursos.
Pero los seres humanos también necesitarían entender mejor a las máquinas. O, dicho de otro modo, “a medida que las máquinas se vuelven más inteligentes y empiezan a automatizar más tareas humanas, las personas tendrán que confiar en ellas y sentirse seguras”. Bien sea con supuestos tipo IBM Watson o con alguno de los elementos que componen el denominado Internet de las Cosas.
Por último, para Gartner es requisito fundamental que tanto los humanos como las máquinas se vuelven más inteligentes para que así sean capaces de enfrentarse a la gran cantidad de datos y retos que se irán generando con el paso del tiempo. Es más, la computación cognitiva serviría para mejorar las capacidades de decisión y actuación de los primeros, y agudizaría la toma de conciencia de las segundas.